Calendario maya
El
calendario maya es el nombre dado a un conjunto de
calendarios y
almanaques creados por la
Civilización maya. El mismo calendario
maya consistía de tres diferentes cuentas de tiempo que transcurrían simultáneamente: el Sagrado o
Tzolkin de 260 días, el Civil o
Haab de 365 días y la Cuenta Larga de 144.000 días.
Así como otros calendarios precolombinos, el calendario maya es cíclico, porque se repite la cuenta de las mismas fechas y mismas series de años. Se entenderá mejor con un ejemplo: En el calendario gregoriano la fecha 4 de mayo de 1990 y el siglo XX se cuentan una sola vez, pero en el calendario maya se volverían a contar repetidas veces al reiniciar el ciclo correspondiente.
La casta sacerdotal llamada Ah Kin, que creó y perfeccionó el calendario maya, era poseedora de complejos conocimientos matemáticos y astronómicos que interpretaba de acuerdo a su cosmovisión religiosa. Interpretaba los años que iniciaban, los venideros y el destino del hombre.
Descripción:
El más importante de estos calendarios era el de 260 días. Era el predominante en todas las sociedades mesoamericanas, y es muy antiguo (muy probablemente el más viejo de los calendarios). Todavía se usa en algunas partes de Oaxaca y entre las comunidades mayas de la sierra guatemalteca. La versión maya es conocida entre los estudiosos como Tzolkin, o Tzolk'in en la ortografía revisada de la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala. El Tzolkin se combinaba con el calendario de 365 días (Haab o Haab'), para formar un ciclo sincronizado que duraba 52 Haabs. Ciclos más pequeños de 13 días (trecenas) y 20 días (veintenas) también eran parte importante de los ciclos Tzolkin y Haab, respectivamente.
La Cuenta larga de 1.872.000 días ó 260 Katunes era utilizado para inscribir las fechas en el calendario (y así poder distinguir cuando ocurrió un evento con respecto a otros eventos). Se basa en el número de días ocurrido desde un punto de partida mítico, y podía hacer referencia a cualquier fecha futura. Este calendario utilizaba el sistema de notación posicional, en el que cada posición representaba un múltiplo consecutivamente mayor de días. El sistema numérico maya era básicamente un sistema vigesimal (base 20), y cada unidad representaba un múltiplo de 20, dependiendo de su posición en el número. Con la importante excepción de la segunda posición, que representaba 18 x 20, o 360 días, que se acerca más al año solar que 20 x 20 = 400 días (aunque no había relación entre el conteo largo y el año solar).
Muchas inscripciones mayas de la cuenta larga están suplementadas por lo que se llama Serie Lunar, otra forma del calendario que provee información de la fase lunar y la posición de la Luna en un ciclo semianual de fases lunares.
También se mantenía un ciclo venusiano que daba seguimiento a las apariciones y conjunciones de Venus al inicio de la mañana y la noche. Muchos eventos en este ciclo eran considerados adversos y malignos, y ocasionalmente se coordinaban las guerras para que coincidieran con fases de este ciclo.
Otros ciclos, combinaciones y progresiones del calendario también se mantenían, si bien eran menos utilizados o entendidos. Se sabe, por ejemplo, de conteos de 819 días que se puede ver en unas cuantas inscripciones, repitiendo series de intervalos de 9 y 13 días, asociados con diferentes grupos de deidades, animales y otros conceptos significativos.
En las culturas de meso America los ciclos se relacionaban con diferentes dioses y eventos cosmicos es así como el Quinto Sol representa el final del ciclo estelar asociado a la luna y el inicio del Sexto sol asociado a Quetzalcoatl como nuevo Mesias
Interpretación según diferentes formas de pensamiento
Cuenta el tiempo desde el 13 de agosto del 3114 a.C., y detendrá su cómputo el 21 de diciembre de 2012 d.C., terminando así su ciclo de tiempo e inmediatamente comenzando uno nuevo. Lo anterior ha provocado que surja mucha polémica sobre un supuesto "fin del mundo conocido" en el 2012 y el surgimiento de una nueva Era que algunos relacionan con el Códice de Quetzalcoatl.(fue encontrado en las ruinas Palenque)
Los seguidores de la Nueva Era consideran a este texto como la representación mística por medio de la cual el hombre toma contacto con la energía del cosmos por medio de una nueva era de paz y desarrollo espiritual. Según esta hipótesis Quetzalcóatl representa una forma de renovación espiritual y contacto con la naturaleza.
Desde una versión eminentemente científica, aunque la traducción que se ha hecho de las copias es acertada no es posible determinar la autenticidad de este documento hasta que no se encuentre el original del mismo. La importancia de este documento por tanto se encuentra en el campo de las tradiciones populares y mitos religiosos modernos.